lunes, 11 de noviembre de 2013

Los perdidos de la isla de San Luis

Ésta no es mi historia, es una historia que no me pertenece, pero en la medida que la platico, la digo, la re invento, se vuelve mía, es una historia en la que yo entro y no opongo resistencia, sólo me dejo ir, sin pensar nada a cambio y pienso: ¿Qué si las historias sólo son nuestras si las hemos vivido o no…? O al pronunciarlas y convocarlas se vuelven de todos...




"Estación en movimiento 1.7, Los perdidos de la Isla de San Luis" se trata de un work in progress, dirigido por Lydia Margules y con autoría de Verónica Musalem.

La historia contada por Romina Coccio, Gabriela Ochoa y Antonio Cerezo con alternacia de Arnoldo Picazzo y Fabiola Vargas, versa sobre la necesidad del reencuentro del ser humano consigo mismo, es decir, el hombre confrontado en la constante búsqueda del amor para evadir la soledad y  el autoconocimiento.

Al inicio de la función vemos a tres seres que deambulan de un lado a otro, entre las líneas que se alcanzan a percibir uno se va traslada al laberinto del minotauro, aquel ser condenado a los muros de Dédalo, y entonces quizás uno se ve reflejado en aquel "monstruo" incapaz de amar y al mismo tiempo necesitado de amor.

Y entonces nos refugiamos en cosas banales como el consumismo desmesurado, las falsas depresiones que se olvidan con la primera noche de sexo con alguien desconocido, los viajes, los amigos, vamos creando nuestro laberinto, nuestra isla, nuestro lugar de confort.

Vemos en escena constante caos, movimiento, un ser que se encuentra con otro en el camino, chocan, se siguen, no tienen el tiempo ni la capacidad de detenerse a conversar entre ellos, reconocer al otro al de enfrente.

Y puede haber pausas que permitan escuchar ligeramente algo, pero que más da ¿a quién le importa?, hay que seguir, buscar, como dice Sabines en su poema de "Los amorosos"

Los amorosos callan. 
El amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable. 
Los amorosos buscan, 
los amorosos son los que abandonan, 
son los que cambian, los que olvidan. 

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, 
no encuentran, buscan. 
Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato...


Nos encontramos en un enorme universo, donde pertenecemos a todo y a nada, a todos y a nadie, ni siquiera a nosotros mismos.

Este montaje apuesta a las imágenes a las sensaciones, esta por demás tratar de poner atención al texto, pues los actores resaltan lo que quieren que llegué realmente al espectador, concentrándose en los movimientos, en la coreografía, en el lenguaje del cuerpo.

Tuvo participación en el espacio conocido como carretera 45 los días 24 de octubre y el 1° de noviembre, el diseño de vestuario estuvo a cargo de Teresa Rovalo, cabe mencionar que eran colores que evocaban a la tierra y que los tres actores tenían el vestuario hecho con la misma tela y los mismos colores para dar esa homogeneidad e indicar que eran ellos como individuos y al mismo tiempo como la representación de un colectivo.

Es una producción de la compañía Museo Deseo Escena y seguramente se estará presentando a lo largo de estos meses en diferentes recintos del DF.

**Fotografías de PiliPala



La noche antes de los bosques


La noche antes de los bosques
de Bernard-Marie Koltés


Dirección Zaide Silvia

Con: Abraham Vallejo
Traducción: Atanasio Cadena
Adaptación: Zaide Silvia y Abraham Vallejo
Diseño de escenografía, iluminación y vestuario: Patricia Gutiérrez Arriaga
Diseño Sonoro: Richard Mcdowell
Fotografías, arte & diseñográfico: Luis Rojo
Producción ejecutiva: Miguel del Castillo y Abraham Vallejo
Fotografía escénica: José Jorge Carreón
Realización de escenografía: 
                 Planta técnica del Foro la gruta: Francisco Álvarez y Francisco Nuñez
Registro Audivisual de ensayos: Abril Pinedo
Realización de vídeo: Pablo A. Tonatiuh Álvarez
Asistente de dirección y producción ejecutiva: Axel Alvarado
Difusión electrónica: Casa de Francia

Proyecto apoyado por el Fonca

PROGRAMA DE MANO:

Se dice que el teatro es mágico, misterioso.
¿Cuál es su magia? Revelar el misterio de la escena. ¿Cuál es el misterio? Hacer visible lo invisible. Sin truco, sin distracción, frente a nuestros ojos y de manera llana.


Bernard-Marie Koltés funge como mago. De la palabra conforma un personaje que no deseamos ver. Un hombre de la calle, disidente de un sistema que lo explota e ignora. Una paradoja: a condición de existir ha de anularse y prefiere ser, aunque haya que habitar la nada.
Ese hombre surge surge en escena para hacernos ver lo fallido de nuestras estructuras sociales.

¿No tendríamos los humanos el derechos a ser sin tener que pagar con la propia vida, la existencia, el paso por el mundo?
Me lo pregunto todos los ensayos. Mientras se me revela otro gran misterio: el surgimiento de un hacedor de teatro. Un ilusionista sin truco: un actor, prestigiador de su vocación. El gran encantador que, de la nada, genera un proyecto que comparte con otros magos para poder subir a escena y convertirse en el sacerdote semanal de un rito donde, de la nada, mágica y misteriosamente, crea un personaje.

________


¿Cuántas veces no hemos caminado entre las multitudes?, ¿Cuántas veces no nos hemos detenido de repente en medio de "la marabunda" y nos hemos descubierto solos, desprotegidos, frágiles, abandonados?, ¿Cuántas veces no hemos sentido las ganas inmensas de gritar en medio del todo y de la nada para sabernos vivos?

"La noche antes de los bosques" inicia con una espacie de vagabundo en un espacio completamente desnudo, el hombre comienza a hablar, pareciera que son ideas sueltas, sin sentido, poco apoco va dando voces a otros hombres que quizás están ahí presentes, quizás no, quizás sólo son producto de su imaginación, quizás es el público presente, no lo sé.

Ese hombre, esa especie de viajante eterno encuentra a alguien en el camino, le pide un cigarro, le invita a conversar con él, a dialogar, de su vida, de las fábricas, de estos muros que consumen a un ser humano so-pretexto de existir.

Ël no desea ser consumido por ese sistema y al rechazarlo, al hacerse a un lado se anula ante los demás, deja de existir, se vuelve un emigrante, un extranjero.

Él, el viajero sólo desea amar, evoca el recuerdo de una prostituta que amo en un puente y a quien busca noche tras noche en todos los puentes, el amor de una madre que le abandono, el amor de un compañero de viaje.

Poco a poco va despojando su alma de esas capas que le protegen, para mostrar a un hombre vulnerable.
"La noche antes de los bosques" es pues una reflexión sobre la soledad, la incomunicación y quizás la incomprensión, el rechazo, la auto-exclusión.


"No se su verdadero nombre
Y yo no le dije el mio
Nadie sabrá jamas
Que amé a quien estaba una noche
Acostada al borde del puente
(Al mediodia esta lleno de ruidos y gente
Que no puede dejar de moverse
En medio del puente)
Entonces durante el dia,
Escribo en la pared:
mamá, te amo, mamá te amo,
en todas las paredes,
para que no deje de leerlo.
Yo estaré sobre el puente, mamá,
todas las noches,
en el puente de la otra noche,
todas las noches, todas las noches..."


Abraham Vallejo, logra dominar con su actuación, con sus sonidos y sus silencios este unipersonal, encontrando junto a Zaide la espina que los conecta y atrapa al  público durante 70 minutos, demostrando que para hacer teatro, no se requiere de todo un despliegue tecnológico o de grandes presupuestos.

Evidentemente se nota la capacidad de concentración del actor, la disciplina, la entrega en la escena, un trabajo por demás muy limpio, muy cuidadoso en su forma.

Hay momentos en que el ritmo podrían aligerarse un poco.

Este montaje se presento desde el 12 de agosto del 2013 en las instalaciones del Foro La Gruta los días lunes a las 20:30 hrs.

"El hombre es sólo una pequeña partícula en este gran universo"




domingo, 10 de noviembre de 2013

Luna, en los ojos de mi padre de Hélène Ducharme


**Esta obra se presentó en el XIII Festival Mireya Cueto, México DF
26 octubre : 13 hrs y 18 hrs  en el Teatro Isabela Corona .


BOLETÍN DE PRENSA:

Se trata de la séptima producción del Théâtre Motus como resultado del marco de residencias de creación en el Théâtre de La Ville, en la Maison de la culture Mercier, en la TOHU y en el Théâtre du Bic donde se llevaron a cabo las distintas etapas de investigación y exploración de este proyecto. El espectáculo fue creado en el otoño de 2012
LUNA, en los ojos de mi padre, es una obra que junta el teatro de sombras, títeres y la acrobacia aérea. 
Es la historia de Luna y de su padre, Pablo quién debe dejar a su hija, su familia y su país para poder emigrar a un nuevo mundo donde podrán rehacer su vida, es entonces cuando descubre un mundo completamente diferente al suyo.
La gente camina verticalmente (de arriba para abajo), no tienen la misma apariencia que él y hablan una lengua extraña. Luna, que tiene un imaginación desbordada, nos hace revivir todo el trayecto de su padre en la conquista de ese nuevo mundo. 


LA EXPERIENCIA:
De nueva cuenta Figurat Teatro y el Teatro Isabela Corona se anotan un diez, el pasado 26 de octubre, alrededor de 400 almas se reunían afuera de sus instalaciones desde media hora antes, ¿el objetivo?, entrar a ver la producción de Théâtre Motus, el nuevo montaje escénico de la talentosa Hélène Ducharme, quien nuevamente apuesta al lenguaje de títeres, sombras y música, pero ahora con un plus, el arte circense. 

Paola Huitrón  nuevamente hace gala de sus habilidades para animar, dar vida a un títere, en este caso Luna, una niña que se dedica a grabar sus memorias en una especie de papel picado para poderlas compartir.

Por otro lado Ernesto García hace un uso fantástico de la imaginación para dar vida al padre y a la abuela  de Luna, el primero un escritor y cuyo mensaje para Luna es "siempre firma lo que escribes, pues las palabras son muy poderosas", él un periodista que es visto por los "cazadores de plumas" como "peligroso", se ve obligado a trasladarse de un lugar a otro para garantizar un lugar mejor para su familia.

Así es como llega al otro lado, a un país cuyas costumbres e idioma le son ajenos, pronto el pequeño hombre tiene que abrirse un espacio en aquel lugar, darse a entender, crecer, enfrentar sus retos y sus temores, afortunadamente para él, encuentra a una persona muy noble quién le guía en esta travesía.

Luna espera todos los días noticias de su padre mientras se queda bajo el cuidado de su abuela, en lo que llega el día de separarse de ella para alcanzar a su padre.

Este montaje nos permite reflexionar sobre la situación de los emigrantes, de la familia, de las costumbres y tradiciones, del amor a la tierra de donde uno es.

Una experiencia llena de colores, de texturas, de sorpresas, de magia y diversión que atrapa lo mismo a niños que adultos tanto por el tema como por la forma en que la directora aborda los tópicos.

Cabe mencionar que los números de acrobacia tenían imágenes cuya estética se le queda grabado a uno en la mente y en el corazón.

Lamentablemente para nosotros esta compañía vino de visita para participar en el XIII Festival Internacional "Mireya Cueto" en el DF y con funciones en el Festival Internacional de Títeres de Guadalajara, esperemos pronto regrese y tenga una temporada en el DF:

DATOS DEL MONTAJE

Público objetivo: 8 a 12 años
Duración del espectáculo: 1 hora
ELENCO:
Janika Fortin
Mathilde Addy‐Laird
Marina Salonga
Paola Huitrón
Ernesto García
Marc 'Marcus' Gauthier
Hugo Monroy Najera
Dirección técnica en giras:
Guillaume Bloch y  Léa Touzé
Rigger: Meric Messahli
Fotos : Robert Etcheverry
Música : Alejandra Odgers
Escenografĭa : Normand Blais
Títeres : Claude Rodrigue
Sombras : Marcelle Hudon
Vestuario : Mireille Vachon
Luces: Michel St-Amand
Coreografía de aro aéreo:
Émilie G. Émiroglou
Rigging : Marc ‘Marcus’ Gauthier
Asistencia de dirección:
Marie‐Claude Labrecque
EQUIPO
Texto y puesta en escena:
Hélène Ducharme

**Fotos tomadas del perfil de FB de Ernesto García, actor del montaje.