Por supuesto que...

 Llega la oscura noche
y la inmensidad del silencio...

Te pienso,
te pienso tanto...

Por supuesto que te extraño,
por su puesto me haces falta,
por su puesto que se extraña
tu voz en una charla 

Por su puesto que hacen falta tus labios
sobre la taza fría de café
o sobre los mios....

Por su puesto que extraño tus abrazos,
el sentir en una caricia lo suave de tus manos,
las risas, las conversaciones sobre ciencia,
vanalidades o los detalles escazos...

Por supuesto que extraño
el perfume de tus cabellos
sobre mi almohada
y tus manías a la hora de dormir...

Esa intimidad que era nuestra
y un ritual más que sagrado...

Sí, por supuesto que te extraño,
tanto, que a veces me siento débil
y quisiera responder a tu presencia...

a tus palabras,
a ti...

pero...

"nunca vuelve el que se fue,
aunque regrese",

y eso amor, ambos lo sabemos...

Por supuesto que aún dueles...

pero ahora entiendo que lo que duele
no eres tú, tu ausencia o tus palabras...
sino lo que idealicé contigo...

Por supuesto que me duele,
saber que soy yo,
el único culpable en esto...

Por supuesto que duele
dejarte ir de a poco y para siempre...
no hay reclamos, no hay rencor,
sólo amor...

Y es con ese amor
que me marcho...
Te amo, te amé, te amaré...

Y  sé que también me amas...

no de la manera en que ambos nos necesitamos:
no puedo verte como amigo
y tú no puedes verme como amante, un compañero...

Hay amor, lo sé....

o quizás es sólo otra idea que me he inventado
para hacer de este adiós algo más liviano...

¡Ay, amor! ¡Ay, amor! 
Por supuesto que te extraño....
y aún no te has marchado...

14 de julio, 24:21. Isaías Avilés

Alejandro

 "...Si supieras cuántas sombras de tristeza

tengo aquí,

si me oyerás, y si vieras

esta lucha que ya empieza

para mi... 

(ya no estaría tan sólo...

Si tú, si tan sólo tú me hubieras querido)

De tus hijos el que menos 

tu cariño merecía

soy quizás; 

pero al ver cual sufro y peno

has de amarme, madre mía,

mucho más..." 

(Á mi madre,

Manuel Gutiérrez Nájera, abril 1878)

El 14 de febrero de 1992, en la Ciudad de México Alejandro Cota Quiroz terminaría con la vida de su madre y sus tres hermanos. Un joven de dieciocho años dominado por el resentimiento y el rencor planearía junto con tres hombres más el acto. Una historia impactante, cruel y con muchas interrogantes.

El dramaturgo Juan Martín Vargas nos lleva a conocer aquel fatídico día, la versión de Alejandro, usando las palabras que esté diera para el documental 1973 de Antonino Isordia. Vemos a un Alejandro frío, herido, aparentemente sin ninguna emoción hasta que llega el turno de robarle el aliento a su  hermana menor y a quién, al parecer, era a la única que quería. 

Apoyado de múltimedias, el unipersonal interpretado por César Arturo, quien alternó con el mismo Juan Martín Vargas, David Ponce y Luis Fernando Peñá, nos lleva al interior de esta casa, a cada rincón de este hogar fragmentado y  a la celda en la que Alejandro nos habla, quizás nos lleva más allá, pues el dramaturgo busca reflexionar acerca de los valores pérdidos dentro del seno familiar y como esto puede mermar el tejido social.  ¿Qué tanto se tiene que lastimar a un niño para que crezca con odio? ¿Qué tan grande tiene que ser la llaga para perder la cabeza y ponerle fin de esta manera? ¿Qué valores tenemos vigentes como sociedad?

Con siete años en cartelera, Alejandro ha ido madurando, despertando nuevas preguntas y modificándose, llegando a cientos de espectadores que dejan las butacas fríos, perplejos. Quizás porque saben que esta ficción no lo fue del todo, saben que fue real, y que pudo ser en 1992 como lo puede ser en este 2022, que pudo ser Alejandro, Juan, Antonio, Luis... o tu propio hermano, el nombre es lo de menos. 

"Es un logro llegar a tu cama, dormirte. Y es un logro despertarte en la mañana, y es un logro estar vivo..."

La madrugada del 14 de febrero de 1992, un hombre y tres mujeres  ya no despertarían, las noticias se cubrirían de sandre y Alejandro Cota pasaría a la historia. 

Funciones 19 y 26 de febrero, a las 19:45 hrs en Foro 37, ubicado en Londres n° 37,  Col, Juárez, cerca del mb Hamburgo y del metro Insurgentes.

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Les dejo también el enlace del documental por si quieren conocer la historia de viva voz de Alejandro Cota

1973-la-joya-perdida-del-cine-mexicano/

Niñas de la guerra

Desde el pasado 11 de septiembre y hasta el 3 de octubre el Teatro Sergio Magaña abrió sus puertas a la Compañía La Gorgona Teatro para presentar el proyecto Niñas de la Guerra.

Texto escrito por la dramaturga Berta Hiriart bajo la dirección de José Uriel García Solis y con las interpretaciones de Daniela López, Daniela Sánchez, Paulina García y Néstor Zepeda.

La obra nos cuenta la historia de dos niños. Vera, quien ha tenido que escapar para sobrevivir a la guerra y Luis, un niño curioso que decide abrirle las puertas de su corazón y ofrecerle su amistad. Ambos tienen que enfrentarse de alguna manera a los juicios emitidos por los adultos pues estos le temen a todo aquello que "no conocen" y que podría modificar su forma de vida.

De una forma poética y con un bombardeo de imágenes, José Uriel nos lleva a conocer el pueblo de "No pasa nada", a habitarlo y con ellos cuestionarnos si nosotros mismos somos parte de esas historias.

"Un niño que toca un instrumento, es un niño que nunca tomará un arma"

La interpretación de los actores es extraordinaria, nos llevan en una montaña rusa de emociones, los niños que se encuentran en la audiencia ríen y se hacen cómplices de sus divertidas hazañas, del cotidiano de los personajes, se sorprenden ante la magía de la llegada de Vera al pueblo, mientras que a los adultos nos van llegando mensajes que nos invitan a cuidar de nuestros infantes, a ofrecerles un mundo mejor, lleno de posibilidades.

Es inevitable no conmoverse, no pensar en esos niños que son "hijos de la guerra", aquellos que han sido desplazado de sus hogares, separados de su familia por una u otra razón, aquellos que han sido vistos como "raros" por llegar a un sitio nuevo al que tienen que adaptarse para sobrevivir.

Es imposible no llorar cuando los pequeños que asisten levantan su mano para querer ayudar o dar solución a lo que están viendo.

¿En qué momento nos convertimos en esos adultos que habitan el pueblo de "No pasa nada"? ¿Cuándo nos dejó de interesar el otro? ¿Cuándo fue que normalizamos toda la violencia a nuestro alrededor sin inmutarnos ni querer hacer algo para cambiarlo?

El trabajo de la compañía sin duda alguna es magistral, muy bien cuidado en todos sus elementos. El diseño escenográfico y de vestuario estuvo a cargo de Mauricio Ascencio, Edgar Mora en la iluminación y Javier Santos en la musicalización.

El montaje escénico en 2018 fue ganador del Programa Nacional de Teatro Escolar y ha recorrido diversos municipios de la República Mexicana, próximanente se presentará en San Luis Potosí y en EdoMex.

Cabe señalar que en esta ocasión a los niños asistentes se les ofreció una experiencia única y muy enriquecedora, se les permitió al finalizar la función subir al escenario para conocer la maquinaria teatral y que conocieran como se hace la magia del teatro, si uno salía ya conmovido con la obra, verlos ahí arriba, tan curiosos, tan llenos de vida, tan felices, sale el espectador con un corzón renovado y lleno de esperanzas.

¡Larga vida a La Gorgona Teatro, a José Uriel y a toda su compañía, a los niños y al Teatro!

 

El Fantasma de Canterville

El Fantasma de Canterville, obra escrita por Óscar Wilde en el siglo XIX, aborda la historia de un fantasma atrapado en un castillo de Inglaterra. 

Si bien en la obra se retrata la tortura de dicho ente ante una familia que no se inmuta por su presencia y le crea diversas situaciones de constante estrés por las bromas de los gemelos Otis, de manera muy velada también se nos habla de un asesinato, el feminicio de Lady Canterville.

Para que el espititu de Sir Simón de Canterville pueda descansar necesita encontrar la paz y esta la proporciona la hija mayor de la familia Otis, Virginia, a tráves de sus lágrimas y rezos.

La compañía Chunches y Cachivaches Teatro bajo la dirección de Erick Guadarrama apuesta a un lenguaje sencillo y al uso de títeres para contar esta historia de una manera amable y divertida. 

El diseño y realización de títeres a cargo de Angela Yatzil son de una manufactura muy bien cuidada, creativa e interesante, apostando por títeres con partes vivas y de tamaño humano, los vestuarios de estos son ricos en colores y texturas. Así como los pocos pero suficientes elementos escenográficos que el espectador puede disfrutar.

Las interpretaciones a cargo de Héctor Emmanuel Ortega (Sir Simón), Saúl Eiyer (Gemelos Otis), Sarahy Huesca (Virginia Otis), Irazema Hernández (Lucrecia Otis y cuervo), Pily Ramírez (productora)  hacen de esta propuesta algo entretenido y ameno para toda la familia, destacando Sarahy Huesca en el manejo de títeres y Héctor Emmanuel con el uso de la máscara. Lamentablemente al encontrarse en un espacio muy reducido los títeres no lucían del todo y constantemente se cubrían unos a otros, por otro lado aún falta trabajar en la conciencia y corporalidad de este juguete escénico pues en un par de ocasiones los actores se olvidaban del mismo. 

La adaptación del texto la realizó Eve Rodríguez y la iluminación Daniela Acuayte.

Son las primeras funciones de este proyecto, los jóvenes que participan dentro de este montaje maduran con el mismo y van encontrando su relación, su interacción y su propio lenguaje en el uso de títeres, se aplaude que la compañía asuma riesgos para realizar montajes en estos tiempos, cuestionarse y entregar proyectos de buena calidad.  

Larga vida a Chunches y Cachivaches Teatro.

Un muerto en el jardín

Mucho se habla de un teatro postpandémico, de una nueva realidad o de un regreso a lo cotidiano pero ¿qué significa ello para quienes se dedican a las artes escénicas?

Es bien sabido que fue uno de los primeros sectores en cerrar sus actividades y posiblemente de los últimos en reactivarse, dejando varados a miles de artístas que dependían de esta actividad, así como sus producciones a punto de estrenar o a mitad de temporada en algunos casos.

Sí bien, muchos se han enfrentado al reto en la carrera de subsistir a través del teatro vía streaming, lo cierto es que el teatro es un arte vivo, que necesita de la interacción del otro para generar un diálogo, de la complicidad y la reacción del público para llegar en algunos casos a una reflexión o simplemente para pasar un rato muy ameno.

Un muerto en el jardín de María Luisa Medina, es un comedia muy ligera, grata para el espectador que busca olvidar todo lo ocurrido en los últimos meses, al menos por un momento. 

Las interpretaciones a cargo de la misma María Luisa, quién festeja treinta años de trayectoria, y Antonieta Martínez son un verdadero gozo, mujeres con un gran dominio de las tablas, con una presencia y manejo del ritmo que hacen que el espectador no pare de reír de principio a fin desde que comienza la función. A ellas se suman el actor David del Águila, a quien siempre se le disfruta en escena por su carisma y Azahi Jeyel.

La historia es muy sencilla, por un lado dos mujeres solteronas se disputan el anillo que dejó su madre como herencia a quien logré casarse primero y por el otro, un cajero de banco y un plomero tratando de estafarlas. 

Entre risas y aplausos el público va desmarañando esta divertida comedía de suspenso, algo que es muy disfrutable es la conciencia del actor haciendo autoescarnio por falta de producción evidenciando la falta de algunos elementos, jugando así con el rompimiento de la conocida cuarta pared y explotando con ello la imaginación de los espectadores que cabe señalar no sólo fungen como espectadores sino como cómplices para que la historia se desarrolle. 

¿Qué significa regresar a la realidad para un artísta? Quizá la gente que acompañó ayer a esta compañía podrá responder, entender la magía del teatro y su importancia, así como la urgencia de apoyar a las compañías independientes a salir avante y reactivarse.

La compañía se está presentando en una corta temporada en el Foro Off Spring que cuenta con todas las medidas de sanitización ofreciendo al público la seguridad necesaria para el disfrute del espectáculo, dicho foro se encuentra ubicado en la calle de Francisco Pimentel n° 14 de la Colonia San Rafael, muy cerca del metro San Cosme todos los miercóles de agosto a las 19 hrs. 

Ombligos brillantes

En el mundo de los niños existen siempre grandes interrogantes para la vida ¿Qué tan alto es arriba? ¿Porqué el cielo es azul? ¿Porqué llora mamá? ¿Porqué la abuela ya no juega conmigo? 

Para algunas de estas incógnitas encontrarán respuesta de los mismos adultos, otras las descubrirán ellos mismos y otros más afortunados tendrán a un gato que les ayude a resolver los misterios de la vida. 

Mariana, nuestra protagonista, es una niña que está pasando por diversos procesos como lo es la pérdida de su abuela, el duelo, y muy pronto la despedida de su gato Domingo quien de una manera divertida, sencilla y amable le ayudará a reconocer, nombrar y vivir los diferentes estados de ánimo, sus emociones y sentimientos.

Domingo con su gran sabiduría gatuna la guía para que ella pueda despedirse de la abuela, abrazar la tristeza, entender porque su madre se la pasa llorando y las nuevas sorpresas que trae el ciclo de la vida misma.

"Unos se van y otros llegan, así es la vida", le dice Domingo, mientras se lame las patas y a Mariana le salen pequeños hilillos brillantes de su ombligo que le mostrarán que todos estamos conectados, ella lo estará con su abuela aunque no esté físicamente, con su mamá y hasta con el mismo Domingo.  

Con títeres que recuerdan el croché de la abuela, una escenografía hecha con fieltro que nos evocan los cálidos salones del preescolar, con sus llamativos colores y su suave textura, Dulce García y Mike Jímenez nos llevan en este transitar entre la risa y la nostalgía.

La dirección de Dulce García es amable, tierna y cálida para los niños y los adultos que aún dejan salir a su niño interno.

Ombligos brillantes de Marcela Castillo se presenta los sábados de julio en el Teatro La Capilla, ubicada en Madrid n° 13, Colonia del Carmén, Coyoacán a las 12:30 hrs

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El Principito. Danza retrofuturista

 Hace un par de días, tuve la oportunidad de conocer a Rodrigo González en la plataforma de Vive Radio para el programa de RDrama donde nos presentó el proyecto El Principito. Danza retrofuturista

Su personalidad tan franca, amable, generosa y su pasión por el espectáculo despertaron mi interés, así como todas las modificaciones y el reto que significa traducir este texto  de Antoine De Saint-Exupéry a movimientos coreográficos.

El día de hoy, tuve la oportunidad de disfrutar del evento de manera presencial, se extraña después de casi año y medio de pandemia. 

Desde que se abrió el telón y hasta el final, fue sorpresa tras sorpresa, y es que para el espectador, hay un bombardeo muy bello de todos los elementos, una escenografía apoyada en proyecciones que nos invitan a trasladarnos de un planeta a otro, a viajar entre las estrellas y a gozar de lo infinito que puede ser el universo. 

Vestuarios sensacionales que juegan con diversas formas y texturas que hacen de cada personaje alguien único y fantástico, no sabría expresar cual es mi favorito ¿el farolero, la rosa, el zorro, la serpiente? y es que si a esto le sumamos la interpretación de los cuatro artistas que danzan en escena simplemente uno se queda con una sonrisa enorme en el rostro. 

Hago un breve parentésis y spoiler, al salir del foro, me senté en un espacio donde había niños que salieron de la función, danzaban, imitaban lo que acababan de ver, corrían, brincaban, volaban, siempre con la elegancia de la danza. El corazón se llenaba de alegría con sus sonrisitas, creo de eso va el arte, de tocar, transformar y generar, quizás alguno de estos niños sea un gran bailarin el día de mañana.

Regresando al espectáculo, las coreografías y la dirección artística estuvieron a cargo del mismo Rodrigo González y la música de Maurice Ravel, desconozco por ahora el nombre de los intérpretes y el resto del equipo ¡cuánta falta hacen los programas de mano! pero como dice nuestro personaje: Lo escencial es invisible a los ojos.

Talento en todas las áreas, un espectáculo familiar muy recomendable. Y, por cierto, se me estaba pasando la cereza del pastel, el lenguaje de LSM que juega entre las coreografías y que me parece una genialidad, orgánico y por supuesto, muy importante para incluir a todos nuestros niños en el goce de las artes. 

Ojalá que pronto se puedan presentar en otros espacios. Por ahora, mi gratitud por permitirme olvidarme un rato de estos tiempos pandémicos. 

Hay que estar atentos a las redes sociales de Rodrigo González pues se aproxima la sexta emisión del Festival Internacional de Danza Contempóranea de la Ciudad de México que él dirige y que se estará presentando del 4 al 15 de agosto en diversas sedes, participan 18 compañías con diez paises invitados y promete ser un intercambio cultural muy rico e interesante.